A. CONCEPTOS FALSOS SOBRE SATANAS
Hay dos
errores muy corrientes en cuanto a la persona de Satanás; y puesto que solamente
él los está aprovechando para la realización de su propósito, es razonable llegar
a la conclusión de que ellos son de origen satánico.
1. Muchos creen que Satanás no
existe en realidad y que su supuesta persona no pasa de ser un principio de
mal, o influencia, que se manifiesta en el hombre y en el mundo en general. Lo
erróneo de este concepto se demuestra al tomar en cuenta que hay la misma
evidencia abundante respecto a la personalidad de Jesucristo como en cuanto a que
Satanás es una persona real. Las Escrituras, que son la única palabra de
autoridad en esta materia, consideran que tanto Jesucristo como Satanás son
seres personales; y si la personalidad de Jesucristo es aceptada en base a lo
que la Biblia enseña, la personalidad de Satanás debe aceptarse también sobre
el mismo testimonio.
2. Otros creen que Satanás es la
causa directa de los pecados de cada persona. Pero esta idea no está en armonía
con la verdad:
A) porque, en primer lugar, el
propósito principal
de Satanás no es promover el pecado en el mundo. El no tenía en un principio el
intento de convertirse en un demonio, sino el de ser «semejante al Altísimo»
(Is. 14:14);
él no tiene tanto el ánimo de destruir como el de construir y realizar su gran ambición
de autoridad sobre este sistema mundial, en cuyo programa se incluye cultura,
moralidad y religión (2 Co. 11: 13- 15). La idea de que Satanás es actualmente la
causa directa del pecado es falsa:
B) porque la Biblia dice que los
pecados vienen directamente del corazón depravado del hombre (Gn. 6:5; Mr.
7:18-23; Stg. 1:13-16).
B. LA OBRA DE SATANAS
Isaías
14:12-17 es uno de los muchos pasajes que dan testimonio acerca de la obra de Satanás.
Este pasaje revela el original y supremo propósito de Satanás. El deseaba ascender
al cielo, exaltar su trono sobre las estrellas de Dios y ser semejante al Altísimo.
En la consecución de este fin él echaría mano de sabiduría y poder inmensurables;
debilitaría las gentes; haría temblar la tierra; trastornaría los reinos; convertiría
el mundo como un desierto; asolaría las ciudades y rehusaría poner en libertad
a sus presos.
Aunque
cada una de estas declaraciones es en sí aterradora, hay entre ellas dos que
merecen especial atención:
1. «SERÉ SEMEJANTE AL ALTÍSIMO» (V. 14). Esta expresión indica el principal
motivo que le guía en todas sus actividades después de su caída. Según lo que
tenemos revelado en las Escrituras, el curso de las actividades de Satanás
después de su caída moral puede trazarse solamente siguiendo la línea de lo que
ha sido su motivo supremo: «ser semejante al Altísimo». Este fue el propósito
que con toda seriedad él recomendó a Adán y Eva (Gn. 3:5), y al aceptar el
ideal satánico, ellos se independizaron de Dios, quedaron dependiendo de sus
propios recursos y el centro de su vida llegó a ser su propio yo. Además, esta
actitud de Adán y Eva llegó a ser su misma naturaleza, la cual han transmitido
a su posteridad, al grado de que todos sus descendientes son llamados «hijos de
ira» (Ef. 2:3; 5:6; Ro. 1:18), y ellos deben nacer otra vez (Jn. 3:3), y cuando
ya son salvos, tienen que pasar por grandes conflictos si desean rendir su vida
completamente a la voluntad de Dios. También el deseo de Satanás de ser
«semejante al Altísimo» se ve en su pasión de ser adorado por Cristo (Lc.
4:5-7). Cuando por un breve momento el Hombre de Pecado «se asiente en el
templo de Dios como Dios, haciéndose parecer Dios» (2 Ts. 2:3-4; Dn. 9:27; Mt.
24:15; Ap. 13:4-8), el propósito supremo de Satanás se habrá realizado bajo la
voluntad permisiva del Señor.
2. «A SUS PRESOS NUNCA ABRIÓ LA CÁRCEL» (V. 17). Esta expresión se refiere al poder presente
de Satanás tanto sobre los inconversos como a su incapacidad para ayudarles en
su eterno juicio. Toda la profecía de donde se extrae esta declaración trata de
lo que será la obra de Satanás ya consumada, en los días de su juicio final. No
puede dudarse .de que en esta profecía hay mucho que tendrá su cumplimiento en
el futuro; sin embargo, sabemos que actualmente el diablo está haciendo todo lo
que puede para impedir que los no salvos sean libertados del poder de las
tinieblas y trasladados al reino del amado Hijo de Dios (Col. 1: 13). Satanás
anima a «los hijos de desobediencia» (Ef. 2:2), ciega la mente de los hombres
para que no les resplandezca la luz gloriosa del Evangelio (2 Co. 4: 3-4) y
mantiene al mundo inconsciente en sus brazos (1 Jn. 5:19, V.M.).
Se
revela asimismo que, como parte de su estrategia, Satanás procurará imitar las cosas
de Dios, lo cual va muy de acuerdo con su propósito de ser «semejante al Altísimo».
Por lo tanto, él promoverá la creación y difusión de muchos sistemas religiosos
(1 Ti. 4:1-3; 2 Co. 11:13-15). Y en relación con esto es necesario recordar que
Satanás puede promover ciertas formas de religión que estén basadas en ciertos textos
extraídos de la Biblia, que exalten a Cristo como un caudillo e incorporen
todos los aspectos de la fe cristiana, con la excepción de uno solo: la
doctrina de la salvación por la sola gracia de Dios, a base de la sangre
derramada por Cristo en la cruz. Tales errores satánicos están presentes en el
mundo el día de hoy y multitudes son engañadas por ellos. Debemos poner a
prueba esos sistemas religiosos por la actitud que ellos adoptan hacia la
gracia divina que salva a través de la sangre eficaz del Cordero de Dios (Ap.
12:11).
Evidentemente
la enemistad de Satanás es contra Dios. El no es, de ningún modo, enemigo de
los no redimidos; y si dirige sus «dardos de fuego» contra los hijos de Dios, esto
se debe solamente a que ellos participan de la naturaleza divina y, de consiguiente,
él puede a través de ellos atacar a Dios.
Asimismo debe
recordarse que los hijos de Dios no son atacados por «carne» o «sangre»,
sino que su conflicto se desarrolla en la esfera de su relación celestial con Cristo.
Esto significa que posiblemente el creyente no sea conducido a practicar lo que
es inmoral, pero él puede fallar completamente en lo que toca a la oración, al
testimonio cristiano y la victoria espiritual. Debiéramos tener siempre
presente que tal estado de fracaso espiritual es tan deshonroso a la vista de
Dios como lo son aquellos pecados espontáneamente condenados por el mundo.
C. EL DESTINO DE SATANAS
La
Palabra de Dios es tan explícita al referirse a la carrera y destino de Satanás
como lo es cuando nos habla del origen de este ser extraordinario. Hay contra
Satanás cinco juicios progresivos que podemos distinguir en las Escrituras:
1. LA CAÍDA MORAL DE SATANÁS. Aunque
el tiempo de este evento, que aconteció en el remoto pasado, no se nos ha
revelado, la caída moral de Satanás y su consecuente separación de Dios se
indican claramente en las páginas de la Biblia (Ez. 28:15; 1 Ti. 3:6). Es
evidente, no obstante, que él no perdió su posición celestial, ni la mayor
parte de su poder, ni su acceso a Dios.
2. EL JUICIO DE SATANÁS EN LA CRUZ. Por
medio de la cruz Satanás fue juzgado de una manera completa (Jn. 12:31; 16:11;
Col. 2:14-15); pero la ejecución de la sentencia queda pendiente todavía para
el futuro. En el jardín del Edén Dios predijo esta sentencia y su respectiva
ejecución (Gn. 3:15).
3. SATANÁS SERÁ ARROJADO DEL CIELO. A
mediados de la Gran Tribulación y como resultado de una guerra en el cielo, Satanás
será arrojado de las alturas y limitado en sus actividades tan sólo a la
tierra. Entonces él actuará con grande ira, sabiendo que no tendrá sino un poco
de tiempo para continuar su obra (Ap. 12:7-12; cf. también Is. 14:12; Lc.
10:18).
4. SATANÁS SERÁ CONFINADO AL ABISMO. Durante
los mil años del reino de Cristo sobre la tierra Satanás estará atado en el
abismo; pero después será suelto por «un poco de tiempo» (Ap. 20:1-3, 7). El
propósito para confinarle al abismo es para hacer imposible que actúe y
continúe engañando a las naciones.
5. LA CONDENACIÓN FINAL DE SATANÁS AL FINAL DEL
MILENIO. Después de haber promovido una rebelión en contra de
Dios, durante el «poco de tiempo» que estará en libertad, Satanás será lanzado
en el lago de fuego para ser atormentado día y noche para siempre jamás (Ap.
20:10).
PREGUNTAS
1. ¿Qué
evidencia apoya la conclusión de que Satanás existe actualmente como una persona
y que es mucho más que un principio o influencia maligna?
2. ¿Qué
es lo equivocado en la enseñanza de que Satanás causa el pecado directamente en
cada persona?
3. ¿Qué
se revela en Isaías 14 con relación al propósito original de Satanás de
rebelarse contra Dios?
4. ¿De
qué manera el propósito original de Satanás se refleja en la tentación de Adán
y Eva?
5. ¿En
qué forma se relaciona el propósito de Satanás con su deseo de ser adorado por Cristo?
6.
¿Cuándo realizará Satanás por un breve tiempo su propósito de ser adorado como Dios?
7. ¿Cómo
obra Satanás en aquellos que no son salvos?
8. ¿Hasta
qué extremo falsifica Satanás las cosas de Dios?
9. ¿Cuál
es el objetivo de Satanás al atacar a un hijo de Dios?
10.
Describir los cinco juicios progresivos de Satanás.