A. LA IMPORTANCIA DE LA SEGUNDA VENIDA
En
estudios anteriores al de la segunda venida ya han sido presentados los hechos principales
acerca del arrebatamiento, la venida del Hijo de Dios por sus santos (capítulo
12) y la venida de Cristo con sus santos (capítulo 13). Aquí, la segunda venida
de Cristo para establecer su reino será considerada en su lugar como un suceso
importante en el programa profético. Los capítulos que siguen están íntimamente
ligados con este estudio y tratan los importantes temas de las resurrecciones,
los juicios de Dios sobre Israel y las naciones, y el reino milenial.
Estos
grandes temas se combinan para proporcionar la meta bíblica de la historia, que en
gran medida determina la interpretación de toda la Biblia.
En el
Antiguo y el Nuevo Testamentos se presenta en muchos pasajes la importancia de la
venida de Cristo a establecer su reino. La doctrina, en la forma que ha sido revelada,
es mucho más que el solo fin de la historia humana. Es más bien el gran clímax
que conduce el programa de Dios a su punto más elevado. Por esta razón, todos
los sistemas de teología que tienden a ignorar o a minimizar la doctrina de la segunda
venida de Cristo y el gran volumen de pasajes bíblicos que tratan del reinado de
Cristo sobre la tierra son inadecuados y sólo pueden ser justificados negando
el significado
claro y literal de muchas profecías e ignorando extensas porciones de la revelación.
La
segunda venida de Cristo, con el reino que lo sigue, es el corazón mismo del progreso
de las Escrituras y es el tema más importante de la profecía del Antiguo Testamento.
Los grandes pactos de la Escritura se relacionan con el programa de Dios,
especialmente los pactos con Abraham, Israel, David y el nuevo pacto.
Gran
parte de la revelación de los Salmos y de los profetas mayores y menores giran en
torno a este gran tema. Los grandes libros proféticos como Daniel, Zacarías y Apocalipsis
centran su atención en el tema de la segunda venida de Cristo y la consumación
de la historia y el reino. Por esta razón, la doctrina de la segunda venida
en gran medida determina el total de la teología del intérprete de la Biblia y justifica
el intento de ordenar detalladamente los sucesos proféticos que aún están por
cumplirse a fin de ser fiel a toda la revelación bíblica.
B. PROFECIAS DEL ANTIGUO
TESTAMENTO ACERCA DE LA SEGUNDA VENIDA
Mientras
el arrebatamiento es una doctrina del Nuevo Testamento que jamás se menciona
en el Antiguo Testamento (porque la iglesia como tal era un misterio no revelado
en el Antiguo Testamento), la segunda venida está firmemente asentada en el
Antiguo Testamento.
Probablemente
la primera de las profecías claras acerca de la segunda venida de Cristo
está en Deuteronomio 30:1-3. En esta profecía acerca de la reunión de Israel en su
tierra nuevamente, se predica que Israel se convertirá al Señor espiritualmente y que
entonces el Señor «hará volver a tus cautivos, y tendrá misericordia de ti, y volverá
a recogerte de entre todos los pueblos adonde te hubiere esparcido Jehová tu
Dios» (v.
3). La
expresión «hará volver» indica un acto de intervención de Dios en la
situación, y a la luz de las Escrituras posteriores se relaciona claramente con
la venida
del Señor mismo.
Los
Salmos, aunque constituyen el libro de adoración del Antiguo Testamento, frecuentemente
se refieren a la segunda venida de Cristo. Después de una introducción
descriptiva del justo, en contraste con el malvado en el Salmo 1, el Salmo 2
inmediatamente describe la gran contienda de Dios con las naciones. Aunque los
príncipes del mundo desean rechazar a Dios y su gobierno sobre ellos, Dios declara
su propósito:
Pero yo
he puesto mi rey sobre Sión, mi monte santo» (2:6).El salmo sigue anunciando
que este rey, al enfrentarse con los malos, «los quebrantarás con vara de hierro;
como vasija de alfarero los desmenuzarás» (v. 9).
La
trilogía formada por los Salmos 22, 23 y 24 presenta a Cristo como el buen
Pastor que
daría su vida por sus ovejas (Jn. 10:11); el Gran Pastor, que vive siempre para interceder
por los suyos (He. 13:20); y el Príncipe de los Pastores que viene como el Rey de
gloria para recompensar a los pastores fieles (1 P. 5:4). El Salmo 24 describe la
situación milenial: «De Jehová es la tierra» (v. 1). Se exhorta a las puertas
de Jerusalén
que se levanten para dar paso al Rey de Gloria (24:7-10).
En el
Salmo 50:2 se menciona el reinado de Cristo desde Sión. Como se verá más tarde
en el estudio del Milenio, el Salmo 72 describe a Cristo que ha venido a la tierra
para reinar sobre las naciones. El Salmo 89:36 habla del establecimiento del trono
de Cristo en cumplimiento del pacto con David inmediatamente después de su segunda
venida. El Salmo 96, después de describir el honor y la gloria de Dios, exhorta
a los cielos y la tierra a que se regocijen «delante de Jehová que vino; porque
vino a juzgar la tierra. Juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con verdad»
(v. 13).
La
posición actual de Cristo a la diestra de Dios es descrita en el Salmo 110,
pero también
se predice que vendrá el día cuando El reinará sobre sus enemigos y su poder
saldrá de Sión (vv.
2, 6). De estas diversas profecías se desprende claramente que la
verdad acerca de la segunda venida de Cristo y su reino es una revelación de gran
importancia en el Antiguo Testamento y no una de importancia secundaria.
Esto es
confirmado como un tema principal entre los profetas mayores y menores. En la gran
declaración profética de Isaías 9:6, 7 Cristo es descrito como un niño que ha nacido
y al mismo tiempo es Dios todopoderoso. Describe su reinado sobre el trono de
David como un reinado que no de los resultados de la segunda venida de Cristo y del
establecimiento de su reino. Este pasaje será discutido más ampliamente en el estudio
del reino milenial. Sin embargo, la introducción del reino depende de la doctrina
de una venida literal de Cristo a la tierra y de la demostración del poder divino
para juzgar a los malvados. También se menciona esta escena en Isaías 63:1-6, donde
se describe gráficamente el juicio de Cristo sobre la tierra en su segunda venida.
En las
profecías de Daniel que tienen relación con los tiempos de los gentiles y el programa
de Dios para la nación de Israel, se relaciona la consumación de ambos con la
venida del Hijo del Hombre desde el cielo (Dn. 7:13-14). Este pasaje da una
clara descripción
de la segunda venida: «Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las
nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y
le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino,
para que
todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio
eterno, que
nunca pasará, y su reino uno que no será destruido.» Daniel había anunciado la misma
verdad al interpretar la visión de Nabucodonosor y había predicho en Daniel 2:44
«un reino que no será jamás destruido».
Igualmente,
la mayor parte de los profetas menores tocan este tema, y en forma especial
lo hace el libro de Zacarías. Según Zacarías 2:10-11, el Señor declara: «Canta
y alégrate, hija de Sión; porque he aquí vengo, y moraré en medio de ti, ha dicho
Jehová. Y se unirán muchas naciones a Jehová en aquel día, y me serán por pueblo,
y moraré en medio de ti; y entonces conocerás que Jehová de los ejércitos me ha
enviado a ti.» Esta es una clara referencia al milenio terrenal y al reinado de Cristo
que sigue a su segunda venida. Aún más específico es Zacarías 8:3-8: «Así dice Jehová:
Yo he restaurado a Sión, y moraré en medio de Jerusalén; y Jerusalén se llamará
Ciudad de la Verdad, y el monte de Jehová de los ejércitos, Monte de Santidad»
(v.
3).
Los
versículos 4-8 describen las calles de Jerusalén llenas de muchachos y
muchachas que
juegan y a los hijos de Israel que son traídos de todo el mundo y habitan en Jerusalén.
Zacarías 14:1-4 describe en forma dramática la segunda venida de Cristo mismo,
que viene en la culminación de la guerra mundial que ha sobrevenido en el Medio
Oriente y en la ciudad de Jerusalén. Zacarías dice: «Y se afirmarán SUS
pies en aquel
día sobre el monte de los Olivos, que está enfrente de Jerusalén al oriente; y el
monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el
occidente, haciendo
un valle muy grande; y la mitad del monte se apartará hacia el norte y la otra
mitad hacia el sur» (v. 4).
La
descripción gráfica de la división del Monte de los Olivos en el momento de la segunda
venida de Cristo deja en claro que ningún suceso del pasado puede compararse
con SU
segunda
venida. La ridícula interpretación de que la segunda venida se realizó en el día
de Pentecostés o en la destrucción de Jerusalén del año 70 no sólo
la contradicen las últimas profecías que presentan la segunda venida como un acontecimiento
todavía futuro (como en el libro de Apocalipsis), sino que tiene en contra
el hecho de que el Monte de los Olivos permanece sin haber sufrido cambio alguno.
Cuando
los pies de Cristo se posen sobre el mismo Monte de los Olivos que fue testigo de su
ascensión en Hechos 1, ello será la señal para que se produzca un cambio en la topografía
de toda la zona que rodea a Jerusalén, en preparación para el reino que se
establecerá. Consecuentemente, la segunda venida de Cristo en el Antiguo Testamento
no se puede negar con explicaciones en el sentido de que algún suceso pasado
o alguna experiencia espiritual contemporánea, por ejemplo, que la venida de
Cristo por sus santos ocurre cuando uno muere, o con cualquier otra explicación que es
totalmente inadecuada para explicar la revelación bíblica. En cambio, en el Antiguo
Testamento la segunda venida de Cristo es la gran consumación de la historia mundial,
en la que el Hijo de Dios viene a reclamar el mundo por el cual dio su vida y para
ejercer su poder o autoridad sobre el mundo que no quería que Cristo reinase.
C. LA SEGUNDA VENIDA DE
CRISTO EN EL NUEVO TESTAMENTO
En la
revelación del Nuevo Testamento acerca de la segunda venida de Cristo se introduce
un nuevo factor con la revelación del arrebatamiento de la iglesia. En el Antiguo
Testamento las predicciones de la primera y segunda venida de Cristo se mezclaban
con frecuencia y los profetas tenían dificultades para distinguirlas.
Cumplidas
las profecías acerca de la primera venida, ya no hay problemas para distinguir
entre las profecías relacionadas con sus sufrimientos y aquellas que tienen que ver
con su gloria.
Sin
embargo, en el Nuevo Testamento, debido a la terminología similar para
describir la
venida de Cristo por sus santos y la venida de Cristo con sus santos, no
siempre es claro
cuál acontecimiento se tiene en vista; en cada caso se debe llegar a una decisión
sobre la base del contexto. El tema de la venida futura de Cristo es un tema de gran
importancia en el Nuevo Testamento, y se estima que uno de cada veinticinco
versículos se refiere a ella de uno u otro modo. Se pueden seleccionar por lo
menos veinte pasajes extensos que contribuyen con los elementos de mayor importancia
de la revelación del Nuevo Testamento (Mt. 19:28; 23:39; 24:3-25:46; Mr.
13:24-37; Lc. 12:35-48; 17:22-37; 18:8; 21:25-28; Hch. 1:10-11; 15:16-18; Ro. 11:25-27;
1 Co. 11:26; 2 Ts. 1:7-10; 2 P. 3:3-4; Jud. 14-15; Ap. 1:7-8; 2:25-28; 16:15; 19:11-21;
22:20).
Además
de los hechos notados en el estudio previo de Mateo 13, debemos destacar importantes
puntos de énfasis.
1. La segunda venida de
Cristo es pos-tribulacional
y pre-milenial.
La interpretación literal de las profecías acerca de la
segunda venida de Cristo no sólo aclaran que es el preludio del
acontecimiento que establece el reino de Cristo sobre la tierra por mil años,
sino que además sirve para distinguirla del arrebatamiento de la iglesia, esto es,
Cristo que viene por sus santos. De parte de los que espiritualizan las
profecías acerca
del reino futuro sobre la tierra, la tendencia ha sido mezclar las profecías acerca
del arrebatamiento y las profecías sobre la segunda venida de Cristo y considerarlas
como un solo suceso, que ocurre de una sola vez, considerando así el arrebatamiento
como un suceso postribulacional. La misma interpretación literal de la
segunda venida, que lleva a la conclusión de que será seguida por el reino
milenial sobre
la tierra, sirve para distinguirla del arrebatamiento de la iglesia. Los
sucesos son
claramente diferentes en su propósito, carácter y contexto.
En el libro The Rapture Question (La cuestion del
arrebatamiento), por John F. Walvoord, se dan cincuenta
razones para sostener que el arrebatamiento es pretribulacional y la
segunda venida para establecer el reino es postribulacional. Igualmente,
en el libro The Millennial Kingdom (El reino milenial), por Walvoord, se presentan
argumentos teológicos e históricos acerca del establecimiento de un reino literal
sobre la tierra. Mientras los teólogos siguen en desacuerdo sobre este tema, el problema
queda determinado en gran parte por los principios de interpretación que se use.
Los que interpretan la profecía literalmente, y que uniformemente toman en consideración
los detalles de la profecía, pueden apoyar adecuadamente la conclusión
de que la segunda venida de Cristo es postribulacional y premilenial.
2. Las descripciones de la
segunda venida de Cristo en todos los pasajes importantes relacionados
con ella enseñan claramente que su venida es personal. Desde luego, esto es
apoyado por la revelación de los ángeles en Hechos 1:11, que informaron a los
discípulos que estaban mirando hacia el cielo: «Este mismo Jesús, que ha sido tomado
de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.» Esto se refiere
a la segunda venida de Cristo a la tierra, y no al arrebatamiento. Así como El se fue
personalmente al cielo, también volverá personalmente. Desde luego, esto es apoyado
por otros pasajes importantes como Mateo 24:27-31 y Apocalipsis 19:11-16.
3. Los mismos pasajes que
indican que su venida será personal, enseñan que será una venida
corporal. Aunque la deidad de Cristo es omnipresente y puede estar en el cielo y
en la tierra al mismo tiempo, el cuerpo de Cristo es siempre local y ahora está a la
diestra de Dios Padre. En su segunda venida Cristo volverá corporalmente, así como
ascendió corporalmente. Esto es apoyado por Zacarías 14:4: «Y se
afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos.» También lo apoya el
pasaje de Hechos 1, que afirma que su venida será del mismo modo que su ascensión.
4. En contraste con el
arrebatamiento, en que no hay evidencia de que el mundo como un
todo verá la gloria de Cristo, la segunda venida de Cristo será visible y gloriosa.
Cristo mismo describió su venida como un relámpago que resplandece desde el
oriente hasta el occidente (Mt. 24:27). Así como la ascensión en Hechos 1:11 es visible,
su segunda venida será visible, y Cristo «vendrá como le habéis visto ir al cielo».
Cristo dijo en Mateo 24:30: «Verán al Hijo del hombre
viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran
gloria». El principal argumento del libro de Apocalipsis es que Cristo
será revelado al mundo en su segunda venida y en el reino subsecuente. Según
Apocalipsis 1:7: «He aquí que viene con las nubes, y
todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los
linajes de la tierra harán lamentación por él.» Verán a Cristo,
no como el humilde nazareno que sufre y muere, o en su cuerpo de resurrección
en el cual su gloria estaba algo velada mientras Cristo estaba aún sobre la
tierra.
La segunda venida de Cristo pondrá en exhibición la
gloria del Hijo de Dios, como se reveló antes a Juan en
Apocalipsis 1:12-18 y se describe en detalle en Apocalipsis 19:11-16.
En consecuencia, la segunda venida será uno de los acontecimientos más dramáticos
de todos los tiempos y será el clímax de todo el programa de Dios que comienza
en Edén cuando Adán pecó y perdió el derecho de reinar.
5. La segunda venida de Cristo
está también íntimamente relacionada a la tierra y no es un encuentro en el
espacio como el arrebatamiento de la iglesia. Muchos pasajes hablan
de Cristo que reina en Sión, viene a Sión y sale de Sión, todas ellas
referencias a la
ciudad literal de Jerusalén (Sal. 14:7; 20:2; 53:6; 110:2; 128:5; 134:3;
135:21; Is. 2:3; Jl
3:16; Am. 1:2; Zac. 14:1-4; Ro. 11:26). Según las Escrituras, no solamente su pie
tocará el Monte
de los Olivos, sino que su venida es en conexión con la destrucción de los ejércitos
que tratarán de conquistar Jerusalén (Zac. 14:1-3).
6. La segunda venida de Cristo
será presenciada por todos los santos ángeles y por todos los santos de todos
los tiempos que están en el cielo. Es la venida con sus santos
y no la venida por sus santos. Aunque un propósito importante de la venida de Cristo
es libertar a los santos afligidos que aún viven en la tierra, la descripción
del suceso
en Mateo 25:31 afirma que todos los ángeles estarán con Él. Apocalipsis 19:11- 21 es
aún más explícito y presenta a los ejércitos celestiales que le siguen. Estos indudablemente
incluyen a los santos ángeles y a los santos que están en el cielo. La segunda
venida será un tiempo de reunión de todos los elegidos, los resucitados, los trasladados
y aun los que estaban en sus cuerpos naturales sobre la tierra. Todos participan,
de un modo u otro, en este dramático suceso relacionado con la segunda venida.
7. El propósito declarado de la
segunda venida es juzgar la tierra (Sal. 96:13). Esto será considerado en los
próximos estudios de los juicios de Israel, de las naciones y el juicio
de Satanás y de los ángeles caídos. En Mateo 19:28 Cristo les dijo a los doce apóstoles
se unirían a El para juzgar las doce tribus de Israel. Mateo 25:31-46 describe
el juicio de los gentiles sobre la tierra en el momento de la segunda venida. Ezequiel
20:35- 38 predice el juicio de Israel en el momento de la segunda venida.
Los que mueran durante el tiempo de persecución que
precederá a la segunda venida serán resucitados y juzgados
según Apocalipsis 20:4.
La misma verdad es presentada en las diversas parábolas
que tratan del tiempo del fin en los evangelios, y en
las Escrituras se encuentra una mención frecuente de esta verdad
(Lc. 12:37, 45-47; 17:29, 30; 2 Ts. 1:7-9; 2:8; Jud. 15; Ap. 2:27; 19:15-21).
La tierra,
que actualmente manifiesta toda su pecaminosidad e incredulidad y que en su mayor
parte vive como si Dios no existiese, caerá bajo el justo juicio de Dios.
Sin embargo, a pesar de lo extenso que es el juicio,
no destruirá la tierra en forma completa. El juicio por
fuego descrito en 2 Pedro 3:10 no ocurrirá hasta el fin del milenio,
cuando la tierra y los cielos que ahora existen sean destruidos y sean creados
un nuevo cielo y una nueva tierra.
El día de Jehová, que comienza con el arrebatamiento
e incluye en su introducción los juicios que preceden y
siguen inmediatamente la segunda venida, concluye al final del milenio con la
destrucción final de la tierra y los cielos que ahora existen. El triunfo
del pecado en nuestro mundo moderno es temporal. El triunfo de la justicia de Dios
es cierto.
8. El propósito importante de
la venida de Cristo es librar a quienes han sobrevivido al
martirio durante la tribulación, sean judíos o gentiles. Según Mateo 24:22, si
la venida
de Cristo fuera demorada indefinidamente, los juicios catastróficos derramados
sobre la tierra destruirían toda la raza. La tribulación es cortada por la venida
de Cristo para librar a los escogidos de ese destino. En Romanos 11:26-27 se describe
a Israel como salvado y libertado. Esto recibe el apoyo de Lucas 21:28, donde
se habla de la segunda venida de Cristo y es denominada «tu redención». En el Antiguo
Testamento hay pasajes como Zacarías 14:4 también describen en esta liberación.
9. Sin embargo, la segunda
venida de Cristo no solamente trae el juicio sobre los malvados
y liberación para los justos, sino que introduce un nuevo estado espiritual que
será considerado en el estudio del milenio. El mismo acontecimiento que trajo juicio
sobre los impíos produce un nuevo avivamiento espiritual a quienes han confiado
en el Señor. Esto es apoyado por Romanos 11:26-27 y está incorporado en el nuevo
pacto de Jeremías 31:31-34.
10. La segunda venida de Cristo
tiene también el propósito central de establecer el reino davídico. En la
discusión de la relación de la iglesia con los gentiles en el concilio
de Jerusalén (Hch. 15) se argumenta que las profecías anteriores de Amós 9:11-15
predecían el orden de la bendición de los gentiles primero, seguida por la restauración
del tabernáculo de David. Esto iba a coincidir con la reunión de Israel restaurado
en su tierra, estableciéndose en ella para no volver a ser dispersado (Am. 9:14-15;
véase también Ez. 39: 25-29).
El
regreso físico de Israel, el restablecimiento del reino davídico y el
derramamiento del Espíritu de Dios sobre la casa de Israel (Ez. 39:29)
se combinan para preparar a Israel y el mundo para las glorias del mundo que seguirá.
Según Ezequiel 37:24, los santos del Antiguo Testamento participarán en el reino,
siendo David elevado a la categoría de príncipe sobre Israel bajo Cristo. El propósito
de Dios era, según fuera anunciado a la virgen María en Lucas 1:31-33, que Cristo
vendría a reinar sobre la casa de Israel para siempre.
Tomada
como un todo, la segunda venida de Cristo es Un acontecimiento maravilloso que
ocurre al final de la Gran Tribulación e introduce el reino milenial. Será una venida
personal y corporal que será visible en todo el mundo, y será la manifestación de la
gloria de Dios. Estará relacionada con la tierra más que con el cielo y especialmente
con Jerusalén en el Monte de los Olivos.
Cristo,
en su venida, estará acompañado por los santos ángeles y los santos. Su propósito
en su venida es juzgar al mundo, librar a quienes han confiado en El, sean judíos
o gentiles, traer un avivamiento en Israel y en el mundo, restablecer el reino de
David e introducir la dispensación final de su reino sobre la tierra por mil
años. En el
contexto de este acontecimiento podrían considerarse ahora la doctrina de la resurrección
y la de los juicios relacionados con la segunda venida.
PREGUNTAS
1.
¿Cuáles son algunos de los grandes temas relacionados con la doctrina de la segunda
venida?
2. ¿Con
cuánta extensión se trata la doctrina de la segunda venida en el Antiguo Testamento?
3. ¿Con
qué contribuye Deuteronomio 30:1-3 a la doctrina de la segunda venida?
4. ¿En qué
forma trata la segunda venida el Salmo 2?
5. ¿Qué
grandes temas son desarrollados en los Salmos 22, 23 y 24?
6. Hacer
un resumen de la verdad acerca de la segunda venida y el reino milenial según
se presenta en los Salmos 50, 72, 89, 96 y 110.
7. ¿Cuál
es la contribución de Isaías 9:6-7?
8. ¿Cómo
describe Daniel 7 la segunda venida?
9.
¿Cuáles son las contribuciones de Zacarías 2, 8 y 14 a la doctrina de la
segunda venida?
10 ¿En qué
forma refuta Zacarías la idea de que Cristo ya ha cumplido la promesa de su
segunda venida?
11. ¿Qué
dificultad tenían los profetas del Antiguo Testamento para distinguir la primera
y segunda venidas de Cristo?
12. ¿Qué
dificultad correspondiente se encuentra en el Nuevo Testamento para distinguir
entre el arrebatamiento y la segunda venida de Cristo para establecer su reino?
13. Hacer
un resumen de la evidencia de que la segunda venida de Cristo a la tierra para
establecer su reino es postribulacional y premilenial.
14. ¿Cómo
es que el premilenialismo depende de los principios de interpretación de las
Escrituras?
15.
Demostrar que la segunda venida de Cristo es personal.
16. ¿Qué
evidencia apoya la conclusión de que Cristo regresará corporalmente en su segunda
venida?
17. Hacer
un contraste entre la extensión en que Cristo será visible para el mundo en el
arrebatamiento y en su segunda venida a establecer su reino.
18. ¿En
qué sentido están íntimamente relacionadas la segunda venida y la tierra en contraste
con el arrebatamiento?
19. ¿Quién
acompañará a Cristo en su segunda venida a la tierra desde el cielo?
20. Hacer
un resumen de la enseñanza acerca de que Cristo juzgará la tierra en su segunda
venida.
21.
Distinguir los juicios que ocurrirán antes del milenio, de los que ocurrirán al finalizar
el milenio.
22. ¿En
qué forma se relaciona la segunda venida de Cristo con la liberación de los salvados
en la Gran Tribulación?
23. ¿En
qué sentido es que la segunda venida inaugura un nuevo estado espiritual?
24. ¿Cómo
se relaciona la venida de Cristo con el restablecimiento del reino davídico?
25. Hacer
un resumen de los principales hechos relacionados con la venida de Cristo como un
evento importante.