Dado que la vida cristiana de fe comienza con el nuevo nacimiento, la regeneración es una de las doctrinas fundamentales en relación a la salvación. Una definición exacta de esta obra del Espíritu y un entendimiento de su relación con toda la vida cristiana son importantes para un evangelismo efectivo tanto como para la madurez espiritual.
A. DEFINICIÓN DE
REGENERACIÓN
En la
Biblia la palabra «regeneración» se encuentra solamente dos veces. En Mateo 19:28
se usa en la renovación de la tierra en el reino milenial y no se aplica a la salvación
cristiana. En Tito 3:5, sin embargo, se hace la declaración:
«No por
obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el
lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo». Sobre
la base de este texto, la palabra «regeneración» ha sido
elegida por los teólogos para expresar el concepto de nueva vida, nuevo
nacimiento, resurrección espiritual, la nueva creación y, en general, una
referencia de la nueva vida sobrenatural que los creyentes reciben como hijos
de Dios. En la historia de la iglesia, el término no ha tenido siempre un uso
exacto, pero entendido correctamente significa el origen de la vida eterna, el
cual se introduce en el creyente en Cristo en el momento de su fe, el cambio
instantáneo de un estado de muerte espiritual a la vida espiritual.
B. REGENERACIÓN POR EL
ESPÍRITU SANTO
Por su
naturaleza, la regeneración es una obra de Dios y los aspectos de su veracidad
se declaran en muchos pasajes (Jn. 1:13; 3:3-7; 5:21; Ro. 6:13; 2 Co. 5:17; Ef.
2:5, 10; 4:24; Tit. 3:5; Stg. 1:18; 1 P. 2:9). De acuerdo a Juan 1:13, «no son
engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino
de Dios». En muchos pasajes se le compara a la resurrección espiritual (Jn.
5:21; Ro. 6:13; Ef. 2:5).
También se le compara a la creación, por cuanto es un acto creativo de Dios (2
Co. 5:17; Ef. 2:10; 4:24).
Las
tres Personas de la Trinidad están involucradas en la regeneración del
creyente. El Padre está relacionado con la regeneración en Santiago 1:17-18. Al
Señor Jesucristo se le revela frecuentemente involucrado en la regeneración
(Jn. 5:21; 2 Co. 5:18; 1 Jn. 5:12). Parece, sin embargo, que, como en otras
obras de Dios donde las tres personas están involucradas, el Espíritu Santo es
específicamente el Regenerador, como se declara en Juan 3:3-7 y Tito 3:5. Puede
observarse un paralelo en el nacimiento de Cristo, en el cual Dios fue su
Padre, la vida del Hijo estaba en Cristo y aun así fue concebido del Espíritu
Santo.
C. VIDA ETERNA IMPARTIDA
POR LA REGENERACIÓN
El
concepto central de la regeneración es que un creyente el cual en un principio estaba
muerto espiritualmente ahora ha recibido vida eterna. Para describir esto se usan
tres figuras. Una es la idea de nacer de nuevo, o la figura de renacer. En la conversación
de Cristo con Nicodemo Él dijo: «Os es necesario nacer de nuevo.»
Aparece
en contraste con el nacimiento humano en Juan 1:13. En una segunda figura, la
de la resurrección espiritual, se declara a un creyente en Cristo como «vivo de
entre los muertos» (Ro. 6:13). En Efesios 2:5 se declara que Dios, «aun estando
nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo», literalmente
«nos hizo vivos junto con Cristo». En la tercera figura, la de la nueva
creación, el creyente es exhortado a «y vestíos del nuevo hombre, creado según
Dios en la justicia y santidad de la verdad» (Ef. 4:24). En 2 Corintios 5:17 el
pensamiento se hace claro: «De modo que si alguno está en Cristo, nueva
criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.» Las
tres figuras hablan de la nueva vida, la cual se recibe por fe en Cristo.
Dada la
naturaleza del acto del nuevo nacimiento, la resurrección espiritual y la creación,
está claro que la regeneración no es llevada a cabo por ninguna buena obra del
hombre. No es un acto de la voluntad humana en sí misma, y no es producida por ninguna
ordenanza de la iglesia tal como el bautismo por agua. Es enteramente un acto sobrenatural
de Dios en respuesta a la fe del hombre.
De
igual manera, la regeneración debe distinguirse de la experiencia que le sigue.
La regeneración es instantánea y es inseparable de la salvación. Una persona
salvada en forma genuina tendrá una experiencia espiritual subsiguiente, pero
la experiencia es la evidencia de la regeneración, no la regeneración misma. En
un sentido es posible decir que experimentamos el nuevo nacimiento, pero lo que
queremos significar con esto es que experimentamos los resultados del nuevo
nacimiento.
D. LOS RESULTADOS DE LA
REGENERACIÓN
En
muchos aspectos, la regeneración es el fundamento sobre el cual está edificada nuestra
total salvación. Sin nueva vida en Cristo no hay posibilidad de recibir los
otros aspectos de la salvación tales como la morada del Espíritu, la
justificación, o todos los otros resultados ulteriores. Sin embargo, hay
algunas características que son inmediatamente evidentes en el mismo hecho de
la regeneración.
Cuando
un creyente recibe a Cristo por la fe, es nacido de nuevo y en el acto del
nuevo nacimiento recibe una nueva naturaleza. Esto es a lo que la Biblia hace
referencia como al «nuevo hombre» (Ef. 4:24), del cual se nos exhorta a que
«nos vistamos», en el sentido de que deberíamos aprovecharnos de su
contribución a nuestra nueva personalidad. A causa de la nueva naturaleza, un
creyente en Cristo puede experimentar a menudo un cambio drástico en su vida,
en su actitud hacia Dios y en su capacidad de tener victoria sobre el pecado.
La nueva naturaleza está modelada en conformidad con la naturaleza de Dios
mismo y es algo diferente de la naturaleza humana de Adán antes de pecar, la
cual era completamente humana, aunque sin pecado. La nueva naturaleza tiene
cualidades divinas y anhela las cosas de Dios.
Aunque
en sí misma no tiene el poder de cumplir sus deseos aparte del Espíritu Santo, da
una nueva dirección a la vida y una nueva aspiración para alcanzar la voluntad
de Dios.
Mientras
que la regeneración en sí misma no es una experiencia, la nueva vida recibida en
la regeneración da al creyente nueva capacidad para la experiencia. Antes fue ciego,
y ahora puede ver. Antes estaba muerto, ahora está vivo a las cosas
espirituales.
Antes
era extraño de Dios y fuera de la comunión; ahora tiene una base para la comunión
con Dios y puede recibir el ministerio del Espíritu Santo. En la proporción que
el cristiano se entrega a sí mismo a Dios y obtiene la provisión de Dios, su
experiencia será maravillosa, una demostración sobrenatural de lo que Dios
puede hacer con una vida que está rendida a Él.
Otro
aspecto importante de tener la vida eterna es que es el terreno para la
seguridad eterna. Aunque algunos han enseñado que la vida eterna puede perderse
y que una persona que ha sido una vez salva puede perderse si se aparta de la
fe, la misma naturaleza de la vida eterna y del nuevo nacimiento impiden una
vuelta atrás en esta obra de Dios. Es primeramente una obra de Dios, no de
hombre, que no depende de ninguna dignidad humana. Si bien la fe es necesaria,
no es considerada una buena obra la cual merece la salvación, sino más bien
abre el canal a través del cual Dios puede obrar en la vida individual. Así
como el nacimiento natural no puede ser invertido, de la misma manera el
nacimiento espiritual tampoco puede serlo; una vez efectuado, asegura al
creyente que Dios siempre será su Padre Celestial. De igual manera, la resurrección
no puede ser revocada, puesto que somos elevados a una nueva orden de seres por
un acto de Dios.
El
nuevo nacimiento como un acto de la creación es otra evidencia que una vez que
se realiza continúa para siempre. El hombre no puede en sí mismo anular esta
creación.
La
doctrina de la seguridad eterna, de acuerdo a esto, descansa sobre la pregunta
de si la salvación es una obra de Dios o del hombre, si es enteramente por
gracia o basada en los méritos humanos. Aunque el nuevo creyente en Cristo
puede fallar en lo que él debería ser como un hijo de Dios, así como se da en
el caso del parentesco humano, esto no altera el hecho de que él ha recibido
una vida que es eterna. También es cierto que la vida eterna que tenemos ahora
se expresa sólo parcialmente en la experiencia espiritual. Tendrá su gozo final
en la presencia de Dios en los cielos.
PREGUNTAS
1. ¿Qué
significa regeneración?
2. ¿Qué
pasajes importantes sobre la regeneración se encuentran en el Nuevo Testamento,
y qué enseñan en general?
3. ¿Cómo
están involucradas las tres personas de la Trinidad en la regeneración del creyente?
4.
Describir la regeneración como está revelada en la figura del renacimiento.
5. ¿Por
qué se le llama al nuevo nacimiento la resurrección espiritual?
6. ¿Cómo
el hecho de que un creyente en Cristo es una nueva criatura es un resultado de
la regeneración?
7. ¿Por
qué es imposible para la voluntad humana en sí misma producir el nuevo nacimiento?
8. ¿En
qué sentido la regeneración no es una experiencia?
9. ¿Cómo
se relaciona la experiencia con la regeneración?
10. ¿De
qué manera es la nueva naturaleza un resultado de la regeneración?
11. ¿Qué
nuevas experiencias vendrán a un creyente regenerado?
12. ¿Cómo
se relaciona la regeneración con la seguridad eterna?