A. LA RESURRECCIÓN EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
La
doctrina de la resurrección de todos los hombres, así como la resurrección de
Cristo, se enseña en el Antiguo Testamento. La doctrina aparece tan
tempranamente como en el tiempo de Job, probablemente un contemporáneo de
Abraham, y se expresa en su declaración de fe en Job 19:25-27: «Yo sé que mi
Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y después de deshecha esta
mi piel, en mi carne he de ver a Dios; al cual veré por mí mismo, y mis ojos lo
verán, y no otro, aunque mi corazón desfallece dentro de mí.» Aquí Job afirma
no solamente su propia resurrección personal, sino la verdad de que su Redentor
ya vive y más tarde estará sobre la tierra. Que todos los hombres serán al fin
resucitados se enseña en Juan 5:28-29 y en Apocalipsis 20:4- 6, 12-13.
Profecías
específicas en el Antiguo Testamento anticipan la resurrección del cuerpo humano (Job
14:13-15; Sal. 16:9-10; 17:15; 49:15; Is. 26:19; Dn. 12:2; Os. 13:14; He. 11:17-19).
La resurrección de Cristo se enseña específicamente en el Salmo 16:9-10, donde
el salmista David declara: «Se alegró, por tanto, mi corazón, y se gozó mi
alma; mi carne también reposará confiadamente; porque no dejarás mi alma en el
Seol, ni permitirás que tu santo vea corrupción.» Aquí David no solo afirma que
él espera personalmente la resurrección, sino también que Jesucristo, a quien
se describe como el «Único Santo», no vería la corrupción, esto es, no estaría
en la tumba el tiempo suficiente para que su cuerpo se corrompiera. Este pasaje
esta citado por Pedro en Hechos 2: 24-31 y por Pablo en Hechos 13: 34-37
señalando la resurrección de Cristo.
La
resurrección de Cristo se menciona también en el Salmo 22:22, donde
seguidamente a su muerte Cristo declara que El anunciará su nombre a sus
«hermanos». En el Salmo 118:22-24 la exaltación de Cristo de convertirse en la
piedra angular se define en Hechos 4: 10-11 significando la resurrección de
Cristo. La resurrección de Cristo parece también estar anticipada en la
tipología del Antiguo Testamento en el sacerdocio de Melquisedec (Gn. 14:18;
He. 7:15-17, 23-25).
En
forma similar, la tipología de las dos aves (Lv. 14:4-7), donde el ave viva es
soltada, la fiesta de las primicias (Lv. 23: 10-11), indicando que Cristo es
las primicias de la cosecha de resurrección, y la vara de Aarón que floreció
(Nm. 17:8) habla de la resurrección. La doctrina de la resurrección de todos
los hombres, tanto como la resurrección de Cristo, se establece así en el
Antiguo Testamento.
B. LAS PREDICCIONES DE
CRISTO DE SU PROPIA RESURRECCIÓN
Frecuentemente,
en los Evangelios, Cristo predice ambas casas, su propia muerte y su resurrección
(Mt. 16:21; 17:23; 20:17-19; 26:12, 28-29, 31-32; Mr. 9:30-32; 14:28; Lc. 9:22;
18:31-34; In. 2:19-22; 10:17-18). Las predicciones son tan frecuentes, tan explícitas
y dadas en tan numerosos y diferentes contextos que no puede haber duda alguna
de que Cristo predijo su propia muerte y resurrección, y el cumplimiento de estas
predicciones verifica la exactitud de la profecía.
C. PRUEBAS DE LA
RESURRECCIÓN DE CRISTO
El
Nuevo Testamento presenta una prueba avasallante de la resurrección de Cristo.
AI menos diecisiete apariciones de Cristo ocurrieron después de su
resurrección.
Estas
son las siguientes:
1) Aparición a María Magdalena
(Jn. 20:11-17; Mr. 16:9-11);
2) aparición a las mujeres
(Mt. 28:9-10);
3) aparición a Pedro (Lc.
24:34; 1 Co. 15:5);
4) aparición de Cristo a los
die discípulos, que se refiere colectivamente como «los once», estando Tomás
ausente (Mr. 16:14; Lc. 24: 36-43; Jn. 20:19-24);
5) aparición a los once
discípulos una semana después de su resurrección (Jn. 20:26-29);
6) aparición a siete de los
discípulos en el Mar de Galilea (Jn. 21: 1- 23);
7) aparición a los quinientos
(1 Co. 15: 6); 8) aparición a Santiago el hermano del
Señor (1 Co. 15:7);
9) aparición a los once discípulos
en la montaña en Galilea (Mt. 28: 16-20; 1 Co. 15:7);
10) Aparición a sus discípulos
con ocasión de su ascensión desde el Monte de los Olivos (Lc. 24:44-53; Hch. 1:
3-9);
11) aparición del Cristo
resucitado a Esteban momentos antes de su martirio (Hch. 7:55-56);
12) aparición a Pablo en el
camino a Damasco (Hch. 9:3-6; Hch. 22: 6-11; 26:13-18; 1 Co. 15:8);
13) aparición a Pablo en Arabia (Hch.
20:24; 26:17; Ga. 1:12, 17);
14) aparición de Cristo a Pablo
en el templo (Hch. 22:17-21; cf. 9:26-30; Ga. 1:18);
15) aparición de Cristo a Pablo
en la prisión en Cesarea (Hch. 23:11);
16) aparición de Cristo al
apóstol Juan (Ap. 1: 12-20).
El
número de estas apariciones, la gran variedad de circunstancias y las
evidencias que confirman todo lo que rodea a estas apariciones, constituyen la
más poderosa calidad de evidencia histórica de que Cristo se levantó de los
muertos.
En
adición a las pruebas que nos dan sus apariciones, puede aún citarse más
evidencia que sostiene este hecho. La tumba estaba vacía después de su
resurrección (Mt. 28:6; Mr. 16:6; Lc. 24:3, 6,12; Jn. 20:2,5-8). Es evidente
que los testigos de la resurrección de Cristo no eran gente tonta ni fácil de
engañar. De hecho, ellos eran lentos para comprender la evidencia (Jn. 20:9,
11-15, 25). Una vez convencidos de la realidad de su resurrección, deseaban
morir por su fe en Cristo. Es también evidente que hubo un gran cambio en los
discípulos después de la resurrección. Su pena fue reemplazada con gozo y fe.
Más
adelante, el libro de los Hechos testifica del poder divino del Espíritu Santo
en los discípulos después de la resurrección de Cristo, el poder del Evangelio
el cual ellos proclamaron, y las evidencias que sostienen los milagros. El día
de Pentecostés es otra prueba importante, ya que hubiera sido imposible haber
convencido a tres mil personas de la resurrección de Cristo, quienes habían
tenido oportunidad de examinar la evidencia si hubiera sido una mera ficción.
La
costumbre de la Iglesia primitiva de observar el primer día de la semana, el momento
de celebrar la Cena del Señor y traer sus ofrendas, es otra evidencia histórica
(Hch. 20:7; 1 Co. 16: 2). El mismo hecho de que la Iglesia primitiva nació a
pesar de la persecución y muerte de los apóstoles, sería dejado sin explicación
si Cristo no se hubiera levantado de la muerte. Fue una resurrección literal y
corporal, la cual transformó el cuerpo de Cristo conforme para su función
celestial.
D. RAZONES PARA LA
RESURRECCIÓN DE CRISTO
Por lo
menos pueden citarse siete razones importantes para la resurrección de Cristo.
1. Cristo resucitó debido a
quien es Él (Hch. 2:24).
2. Cristo
resucitó para cumplir con el pacto davídico (2 S. 7:12-16; Sal. 89:20-37; Is. 9:6-7;
Lc. 1:31-33; Hch. 2: 25-31).
3. Cristo
resucitó para ser el dador de la vida resucitada (Jn. 10:10-11; 11:25-26; Ef. 2:6;
Col. 3:1- 4; 1 Jn. 5:11-12).
4. Cristo
resucitó de modo que Él sea la fuente del poder de la resurrección (Mt. 28:18; Ef.
1:19- 21; Fil. 4:13).
5. Cristo
resucitó para ser la Cabeza sobre la Iglesia (Ef. 1:20-23).
6. Cristo
resucitó para que nuestra justificación sea cumplida (Ro. 4:25).
7. Cristo
resucitó para ser las primicias de la resurrección (1 Co. 15:20-23).
E. EL SIGNIFICADO DE LA
RESURRECCIÓN DE CRISTO
La
resurrección de Cristo, a causa de su carácter histórico, constituye la prueba
más importante de la deidad de Jesucristo. Porque fue una gran victoria sobre
el pecado y la muerte, es también el valor presente del poder divino, como esta
declarado en Efesios 1: 19-21. Dado que la resurrección es una doctrina tan
sobresaliente, el primer día de la semana en esta dispensación ha sido apartado
para la conmemoración de la resurrección de Jesucristo, y, de acuerdo a ello,
toma el lugar en la ley del sábado, la cual ponía aparte el séptimo día para
Israel. La resurrección es, por lo tanto, la piedra angular de nuestra fe
cristiana, y como Pablo lo expresa en 1 Corintios 15:17: «Y si Cristo no
resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados.» Por haber resucitado
Cristo, nuestra fe cristiana está segura, la victoria final de Cristo es cierta
y nuestra fe cristiana esta completamente justificada.
PREGUNTAS
1.
¿Enseña la Biblia que todos los hombres que mueren serán resucitados?
2. Hacer
un sumario de las enseñanzas del Antiguo Testamento que enseñan acerca de la
resurrección del cuerpo humano.
3. ¿En
qué grado el Antiguo Testamento anticipa la resurrección de Jesucristo?
4. ¿En
que grado Cristo predijo su propia resurrección?
5.
¿Cuántas apariciones de Cristo ocurrieron entre su resurrección y ascensión?
6. ¿Qué
apariciones de Cristo ocurrieron después de su ascensión?
7. ¿Por
qué son una poderosa confirmación del hecho de su resurrección las apariciones de
Cristo y las circunstancias que las rodearon?
8. ¿Cómo
contribuyen la tumba vacía, el carácter de los testigos de su resurrección y el
grado de sus convicciones a la doctrina de su resurrección?
9. ¿Qué
cambios tuvieron lugar en los discípulos después de la resurrección de Cristo,
y como fueron usados como testigos de la resurrección?
10. ¿Qué
evidencia puede encontrarse en el día de Pentecostés para la resurrección de Cristo?
11. ¿Cómo
la costumbre de la Iglesia primitiva en observar el primer día de la semana y su
continua existencia a pesar de la persecución sostienen la teoría de la
resurrección?
12.
Nombrar por lo menos siete razones por las cuales Cristo se levantó de los
muertos.
13. ¿Por
qué es importante para la fe cristiana la resurrección de Cristo?
14. ¿Cómo
se relaciona la resurrección de Cristo con la norma presente del poder divino?