A. LA IGLESIA COMO EL PROPÓSITO PRESENTE DE DIOS.
En el
Nuevo Testamento se revela que la iglesia es el propósito central de Dios en la
edad actual. En contraste con el propósito de Dios para con individuos y
naciones del Antiguo Testamento y el propósito mayor para la nación de Israel,
se revela que la iglesia es la compañía de creyentes formada por judíos y
gentiles que son llamados a salir del mundo y se juntan en una unión viva por
el bautismo del Espíritu.
En
general, el concepto de iglesia se divide en dos grandes categorías. El énfasis
principal en el Nuevo Testamento está en la iglesia como organismo, la unión
viva de todos los verdaderos creyentes en Cristo. Esta es la verdad distintiva
que se presenta a partir del día de Pentecostés, con el advenimiento del
Espíritu, y que acaba con la venida de Cristo por su iglesia, en la cual la
iglesia será arrebatada fuera del mundo y llevada al cielo.
Sin
embargo, otro concepto es el de iglesia local o iglesia organizada. Es el
cuerpo de los creyentes que profesan ser cristianos y se reúnen en una
localidad o un grupo de tales asambleas locales (1 Co. 1:2; Ga. 1:2; Fil. 1:1).
La
palabra "iglesia" es una
traducción de una palabra griega: "ekklesia", y frecuentemente
se usa para designar cualquier asamblea o congregación de personas reunidas con
fines religiosos o políticos. La palabra realmente significa "llamados fuera". En la Grecia antigua las ciudades se
gobernaban por un sistema puramente democrático en que todos los ciudadanos del
pueblo se reunían para decidir sobre los asuntos de interés mutuo. Como eran "llamados fuera" de sus
ocupaciones ordinarias a una asamblea en la cual podrían votar, la palabra llegó
a significar el resultado de aquellas convocatorias, esto es, designó a
aquellos que se reunían.
Esta
palabra se encuentra con frecuencia en la Septuaginta, versión griega del Antiguo
Testamento, y designa a las diversas asambleas del Antiguo Testamento. Se usa
en un sentido similar en pasajes tales como Hechos 7:38 y 19:32, donde la palabra
se usa sencillamente para una multitud reunida. Sin embargo, cuando se usa para
la iglesia como cuerpo de Cristo se convierte en una palabra técnica que se refiere
a los que han sido llamados fuera del mundo para reunirse en una unión viva con
Cristo. Este concepto no se encuentra en el Antiguo Testamento, aun cuando Israel
a veces se reunía con propósitos religiosos. La palabra, cuando se usa para los
salvados, se aplica específicamente a la compañía de los salvados durante la presente
era y que se encuentran en el cielo y en la tierra.
B. LA IGLESIA: UNA
REVELACIÓN DEL NUEVO TESTAMENTO.
Por
cuanto no se encuentra en el Antiguo Testamento el concepto de una iglesia formada
por judíos y gentiles que son salvados y reunidos para la vida eterna, solo el Nuevo
Testamento da la revelación divina sobre este importante tema. En el plan de Dios
era necesario que Cristo viniera primero para morir en la cruz, fuera
resucitado de entre los muertos y ascendiera a los cielos. Con la venida del
Espíritu Santo en el día de Pentecostés, sin embargo fue posible que Dios
cumpliera su propósito de tener una compañía especial de creyentes sin tener en
cuenta la distinción entre Israel y los gentiles y cada uno de ellos con su
propio lugar en el propósito eterno de Dios.
Según
Hechos 2, confirmado por la experiencia de Cornelio en Hechos 10, los creyentes
en Cristo fueron bautizados por el Espíritu (1 Co. 12:13) y llegaron a ser miembros
los unos de los otros con el advenimiento del Espíritu Santo. Desde Pentecostés
hacia adelante cada creyente que llegó a la salvación fue hecho miembro del
cuerpo de Cristo, como vimos previamente en la doctrina del bautismo del
Espíritu Santo. Una vez que la iglesia esté completa y sea arrebatada en el
rapto al cielo, el propósito divino volverá a hacer la distinción normal entre
judíos y gentiles que sean salvos durante el período de prueba que seguirá al
arrepentimiento y en el reino milenial.
C. EL JUDÍO, EL GENTIL Y LA
IGLESIA DE DIOS.
En la
era actual, la Biblia reconoce tres grandes divisiones en la familia humana: el
judío, el gentil y la iglesia de Dios (1 Co. 10:32).
La
observancia de estas distinciones es de gran importancia para comprender el
propósito presente de Dios.
1. Los
judíos o hijos de Israel son la nación que surgió de Abraham siguiendo la línea
de Isaac y Jacob, y que, según el propósito y la promesa divina, son el pueblo terrenal
escogido por Dios. Esta nación ha sido milagrosamente preservada hasta el tiempo
actual y, según las profecías, todavía será el pueblo dominante y glorificado de
la tierra en la edad del reino venidero (Is. 62:1-12). Las promesas eternas de
Jehová a su pueblo no pueden ser alteradas. Estas promesas incluyen una entidad
nacional (Jer. 31:36), una tierra (Gn. 13:15), un trono (2 S. 7:13), un rey
(Jer. 33:20-21) y un reino (2 S. 7:16). En la fidelidad de Dios, sus promesas,
que son primariamente terrenales en carácter, han sido cumplidas hasta el momento
presente y serán cumplidas por toda la eternidad; porque se dice que cada uno
de estos pactos es eterno en duración.
Cuatro
palabras describen la operación del propósito divino en este pueblo:
"Escogidos", "Dispersos", "Reunidos",
"Benditos". Es obvio que fueron escogidos y que ahora
están dispersos entre las naciones de la tierra. Todavía falta que sean
reunidos y bendecidos. El ministerio peculiar de este pueblo se encuentra en
Romanos 9:4-5 (con Gn. 12:3).
2. Los
gentiles son la vasta multitud incontable, excluidos los israelitas, que han vivido
en la tierra desde Adán hasta ahora. Aparte de ciertos individuos, no hay noticias
de que, en el período desde Adán hasta Cristo, Dios haya tenido alguna relación
especial, o haya extendido alguna promesa inmediata a los gentiles. Sin embargo,
las profecías del Antiguo Testamento predicen grandes bendiciones terrenales
que vendrían sobre los gentiles en el reino venidero sobre la tierra, y en la era
actual participarían al igual que los judíos en los privilegios del evangelio.
3. La
iglesia de Dios no se refiere a la membresía de iglesias organizadas, sino a
toda la compañía de los redimidos que habrán sido salvos durante la era actual.
Son un pueblo distinto porque:
A) todos
los individuos que la forman han nacido de nuevo, entran en el reino de Dios
(Jn. 3:5) y han sido destinados a ser conformados a la imagen de Cristo (Ro.
8:29);
B) ya no
están en Adán participando de la ruina de la vieja creación (2 Co. 5:17), sino
que están en Cristo participando de la nueva creación, de todo lo que Cristo es
en la vida y gloria de su resurrección (Ef. 1:3; Col. 2:10);
C) a la
vista de Dios es cambiada su nacionalidad, porque están sobre una nueva base en
la que no hay judío ni gentil, sino que Cristo es el todo en todos (Col. 3:11);
D) ahora
son ciudadanos del cielo (Fil. 3:20; Col. 3:3) y todas sus promesas, sus posesiones
y su posición son celestiales (2 Co. 5: 17-18). De este modo este pueblo celestial
se distingue de todos los demás pueblos de la tierra.
D. LA IGLESIA FORMADA POR
JUDÍOS Y GENTILES.
Ya han
sido señaladas las respectivas posiciones terrenales de judíos y gentiles. A esto
debe añadirse que durante la era actual, y para los propósitos de la gracia,
Dios ha colocado a judíos y gentiles sobre una base común (Ro. 3:9). Se dice
que ambos están "bajo pecado", lo
que significa que ahora están limitados a la salvación por gracia solamente.
El
cambio en el programa divino, en la muerte de Cristo, del reconocimiento de una
nación favorecida a un llamamiento de individuos tanto judíos como gentiles fue
algo dificilísimo de entender para los judíos. El judío no comprendió que sus
pactos habían sido puestos a un lado por un tiempo, pero que no habían sido
abrogados. Las luchas de la nación con este problema están en el libro de los
Hechos.
El
judío se encuentra desajustado hasta el día de hoy en relación con este
programa, y se ha predicho de él que permanecerá cegado en parte hasta que la
iglesia sea llevada de este mundo (Ro. 11:25), después de lo cual el Libertador
vendrá a Sión y quitará la impiedad de Jacob. Se afirma que éste es el pacto de
Dios con ellos, cuando Él quite sus pecados (Ro. 11:26-27). Sin embargo, por la
predicación del evangelio, tanto judíos como gentiles están siendo salvados
ahora y la iglesia está siendo edificada. El apóstol dio instrucciones de que
el evangelio sea predicado primeramente al judío (Ro. 1:16), y su propio
ministerio fue ordenado de acuerdo con ese programa (Hch. 17:1-3).
Como se
ha sugerido, al apóstol Pablo le fueron dadas dos revelaciones: una, el evangelio
de la gracia de Dios, probablemente cuando estaba en Arabia al comienzo de su
ministerio (Ga. 1:11-12), y la otra, de la iglesia como cuerpo de Cristo, probablemente
mientras estuvo en la cárcel (Ef. 3: 3-6). El rasgo vital de la segunda revelación
es que de las dos fuentes “judíos y gentiles” Dios
está formando un nuevo cuerpo (Ef. 2:15). Este era un misterio, esto es, un
secreto divino aún no revelado.
No es
secreto que Dios tenía propósitos para Israel o para los gentiles, puesto que éste
es el tema del Antiguo Testamento en las profecías; pero el secreto escondido en
Dios era la creación de un nuevo orden celestial de seres escogidos de judíos y
gentiles.
E. MEMBRESÍA DE LA IGLESIA.
La
respuesta a la pregunta "¿Puede una persona ser salva y no ser miembro de
la iglesia?" depende del significado que se le dé a la palabra "iglesia". Es
obvio que una persona puede ser cristiana y no ser miembro de una iglesia
local. En realidad todos debieran ser salvos antes de hacerse miembros de una
iglesia; y si se es salvo, es normal que un individuo busque la comunión del
pueblo de Dios en una u otra forma.
Por
otra parte, es imposible ser salvo y no ser miembro de la iglesia de la cual
Cristo es la cabeza; porque una parte de la obra divina en la salvación es la
unión del salvado con Cristo por el bautismo con el Espíritu Santo (1 Co.
12:13). Cuando se usa en conexión con la obra del Espíritu, "bautizar" es una
palabra de significado discriminatorio y traspasa los limites de la ordenanza
exterior del bautismo con agua y representa el ministerio del Espíritu en favor
del creyente que tiene los efectos de mayor alcance que cualquier otra empresa
divina en la salvación. No es sorprendente que Satanás haya tratado de
distorsionar el significado claro del bautismo con el Espíritu y el ministerio
divino que él representa; porque solamente sobre la base de este ministerio
podemos comprender las riquezas de la gracia divina o entrar en el gozo
celestial, con su impulso a una vida santa que estas riquezas imparten.
En la
tierra la iglesia se ve como una banda peregrina de testigos. No son de este mundo,
así como Cristo no es de este mundo (Jn. 17:16), y como el Padre ha enviado al
Hijo al mundo, el Hijo ha enviado a estos testigos por el mundo. "Aún
no se ha manifestado" (véase
Col. 3:4; 1 Jn. 3:2) lo que ellos son por las riquezas de la gracia.
Por ser
el pueblo celestial en contraste con Israel el pueblo terrenal, “la iglesia glorificada
en la realización de su propósito divino” aparece en los cielos como la esposa
del Cordero, reinando juntamente con el Rey, y participando para siempre en la
gloria del eterno Hijo de Dios.
PREGUNTAS
1. ¿Cuál
es el contraste entre los propósitos de Dios para la iglesia y los propósitos
de Dios para individuos y naciones en el Antiguo Testamento?
2.
¿Cuáles son las dos categorías principales en el concepto de Iglesia?
3. ¿Cuál
es el significado original de la palabra "iglesia"?
4. ¿Qué
uso se le da a la palabra "iglesia" en el Antiguo Testamento, y cuál
es la diferencia en el uso para referirse a la iglesia que es el cuerpo de
Cristo?
5. ¿Qué
era necesario cumplir en el plan de Dios antes del advenimiento del Espíritu en
el día de Pentecostés?
7.
Nombrar las tres grandes divisiones de la familia humana en la era actual y definirlas.
8. ¿Cuáles
son algunas de las promesas eternas que Dios ha dado a Israel?
9. ¿Qué
promesas ha dado Dios a los gentiles?
10. ¿En
qué sentido es la iglesia una compañía distinta de personas?
11. ¿Sobre
qué base común ha puesto Dios al judío y al gentil en la era actual?
12. ¿Qué
sucedió con los pactos de Israel en la era actual?
13. ¿Cómo
se caracteriza a Israel durante la era actual, según Romanos 11:25?
14. ¿Que
sucederá a Israel después del arrebatamiento de la iglesia?
15.
Nombrar y definir las dos grandes revelaciones dadas al apóstol Pablo.
16. ¿Qué
relación hay entre la salvación de un individuo y su membresía de la iglesia?
17. ¿Es
posible ser salvo sin ser miembro de la iglesia como cuerpo de Cristo?
18. ¿Cuál
es el destino de la iglesia después de la era actual?